Ahora fue el Heinz Field y las terribles toallas amarillas quienes atestiguaron el contundente triunfo 35-7 de unos Steelers con olor a campeonato, sobre los aguerridos pero poco eficaces Cincinatti Bengals.
Como es costumbre la defensiva acerera mantuvo su meta fuera de peligro, donde Andy Dalton temeroso pudo atestiguar en primera persona el por qué sus rivales en turno comparten el liderato de la división más fuerte de la NFL.
En un juego con dos defensas fuertes, cualquier error sería la diferencia y los Bengals lo sabrían desde muy temprano en el juego; un fumble en patada de salida fue el detonante para expandir la brecha entre ambas escuadras.
Mendenhall se reencontró con las diagonales en dos ocasiones al igual que Wallace quien tuvo una destacadísima actuación con dos touchdowns pero con alto costo, pues casi al final del encuentro recibió tremendo golpe por parte del Jersey 20 de Cincinatti quien tras la frustración quiso cobrar venganza en una muy manchada acción.
Antonio Brown por su parte tuvo un regreso de patada de despeje de 60 yardas.
Del Big Ben no hay grandes cosas que contar pero sus 172 yardas aéreas y 15 completos de 23 intentos fueron suficientes para conseguir una apabullante victoria frente a un rival divisional que comienza a ver con desesperación que la calificación a Play Offs se le escapa de las manos.
A los Steelers los espera otro dura prueba en el “Campo de los Sueños”; el Heinz ante los Cleveland Browns pero con una máquina embalada que no admite errores al oponente.