Victoria de Pittsburgh en Heinz Field ante Cleveland.

Thursday Football, una tradición no muy arraigada en la NFL, pero que es una genial idea nos permitió contemplar otra victoria Steeler; el cliente los Cleveland Brown que aunque pelearon férreamente no pudieron contra el vendaval que en negro y oro mantuvo a los jerseys blancos de cara a sol y no de una manera muy decorosa.

Debemos reconocer el trabajo de dos excelentes defensivas que forzaron fumbles e intercepciones por todo el campo, conocemos a los Steelers, impenetrables y fuertes, y en ese mismo tenor los cafés mantuvieron el nivel haciendo ver vulnerables a los caballeros de la mesa de acero.

El partido parecía un trámite más, rápidamente los acereros se pusieron arriba en la pizarra pero los golpes apenas empezaban, el futuro Salón de la Fama Hines Ward extrañamente fumbleó, lo mismo que Mendenhall muy bien ubicados en territorio enemigo, cortando importantes avances y sin puntos qué agregar. Y si las cosas se ponían difíciles la lesión sufrida por el Big Ben en una captura las complicarían aún más, con mucha fortuna las radiografías a que fue sometido en los vestidores no indicaron lesión de gravedad, pero su accionar fue a la baja, con limitada movilidad, lo que le costó tener una intercepción.

En el ocaso del encuentro el marcador no daba la victoria a ningún equipo, se mantenía 7-3 en favor de los locales, pero con Colt McCoy amenazando, fue hasta una extraordinaria acción de William Gay que los pupilos de Tomlin pudieron sonreír tras interceptar un balón en propia meta, que puso la mesa para la anotación de la tranquilidad obra de Roethlisberger conectando con el estrella Antonio Brown quien hizo crecer la recepción de 79 yardas escapándose a las diagonales.

Un buen juego del Big Ben que aún lesionado completó 16 de 21 envíos para 280 yardas, compartiendo los honores con el receptor Antonio Brown quien logró 151 yardas.

Esperemos Ben se recupere para uno de los mejores encuentros de la temporada y pueda viajar hasta San Francisco y derrotar en su propia casa a los sorprendentes San Francisco Forty Niners.